Javier Hernández Hernández

No es frecuente, que nos encontremos situaciones en las que los abuelos se hacen cargo de los menores, pero cuando se dan estas situaciones,  y si, los progenitores no muestran un ejercicio adecuado de los deberes de custodia, los primeros pueden estar facultados a ejercitar la oportuna acción.

Para fundamentar dicha acción,  al no ser progenitores del menor no se pueden ver amparados por el art. 92 del C.C.  En caso de que sea haga la solicitud de  medidas previas, si encontramos amparo en el art. 103.1º del C.C., interpretando la doctrina científica que cabe su aplicación asimismo en la fase de medidas definitivas. Cabe asimismo fundamentar estas medidas en las facultades concedidas a los jueces en el art. 158 C.C. (Cuidado al aplicar el 158.6 CC porque se faculta al tribunal a dar traslado a la administración, para su declaración de desamparo) A favor de esta aplicación en sede de medidas definitivas, la S.T.S. de 20 de noviembre de 2013.

La atribución de la guarda y custodia a un tercero es una medida excepcional, que el juez sólo puede decretar cuando se acredite que los padres no ejercen adecuadamente los deberes de la guarda y custodia ordinaria de los hijos. La medida se entiende sin perjuicio de que los padres mantengan la patria potestad sobre los hijos cuya guarda y custodia se atribuye a un tercero, S.T.S. de 29 de marzo de 2001 .

La guarda y custodia de los menores se puede atribuir a un tercero que sea pariente de los progenitores y del menor. En concreto, la guarda y custodia del menor puede atribuirse a los abuelos, en interés del menor y sin privar de la patria potestad a los progenitores [S.T.S. de 12 de febrero de 1992 ].